Águila hembra

Una noche mientras Katy se encontraba a punto de irse a dormir, se le ocurrió ir al cuarto de su padre para preguntarle algo que le atormentaba profundamente a sus cinco años, -Papá, ¿somos las mujeres poca cosa?, ¿valemos menos que los hombres?;- ¿por qué lo preguntas hija?- contestó el padre un tanto perplejo. -Lo que pasa es que…hoy los niños bromeaban en la escuela diciendo que sería bueno que en todo el mundo se hiciera lo que hacen en la China, de preferir más a los hombres que a las mujeres porque son más fuertes y productivos, ¿tú qué piensas de eso papá?, ¡eres hombre!, ¿alguna vez te has sentido avergonzado o defraudado de mi?-. – No hija, jamás, te contaré una historia -.

Cuando papá y mamá águilas tuvieron su segundo hijo, la expectativa aun era grande, como si se tratara del primero. En esta ocasión la atención del padre se dirigió con exclusividad al sexo de la criatura y cuando descubrió que se trataba de un aguilucho hembra una sombra de tristeza se ocupó de su rostro, la madre que alcanzó a notarlo le preguntó, -¿pasa algo?, ¿le ocurre algo a nuestro hijo?-, con tono melancólico el macho contestó, -sí, ¡es una hembra!-, ¿y qué?, replicó de inmediato la madre, -pues va a sufrir, el mundo no está diseñado para las hembras, ellas son muy sentimentales, se entregan fácilmente al amor y por eso viven desilusionadas, son muy idealistas. -Cómo es posible que tu como tantos machos, sólo seas capaz de ver defectos en lo que en realidad pueden ser virtudes-, -no entiendo-, preguntó el padre, – todo depende- añadió la madre – de la DIGNIDAD, de qué tanta dignidad se le enseñe a un hijo, cualesquiera que sea su sexo, cuando un ser sabe cuánto vale no sufre, al menos por el engaño de otros, porque siempre tiene claro que antes de amar a alguien es indispensable amarse a sí mismo. Mucho más tranquilo con aquella sabia explicación de su pareja, el macho tomó a su pequeña entre sus garras y se elevó en medio de la inmensidad, llenó de orgullo, para presentar en su manada a un nuevo miembro.

Cuando término la historia Katy se encontraba con sus ojos muy abiertos, quizás siguiendo en su imaginación el vuelo de aquella familia de águilas.

El padre entonces concluyó –en la china, hija, muchos chinos la están pasando muy mal porque no tienen una mujer al lado que les consienta, que les cuide, que les ame, ves entonces mi pequeña, lo importantes que son las mujeres-, -Sí señor- contestó la niña en medio de un gran bostezo, -hasta mañana papá-, -hasta mañana hija-.

R. Chisco.

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